Eucaristía IV – Participación en los Gemidos de Cristo

Lourdes Pinto, 27 de julio del 2017

Participación en los gemidos de Cristo  (27-7-17)

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1.    Forma a Mis Mártires Ocultos, #52 Diario de una MOC (página 165) 

Has de formar a Mis mártires ocultos de amor porque Dios Padre los está utilizando para llevar a cabo Su plan de salvación durante estos tiempos decisivos. Vivan sus vidas ocultas siendo UNO Conmigo en Mi vida oculta en la Eucaristía y crecerán en el poder de Dios, que es AMOR. Esta es la Fuerza Oculta que se extenderá por la faz de la tierra para vencer la oscuridad de Satanás. La Eucaristía es el poder de Dios en el mundo y Dios desea hacerles Hostias vivas.

a.    Vive tu vida oculta como UNO conmigo en Mi vida oculta en la Eucaristía

            i.     Hemos aprendido que en cada momento de nuestra vida, con todas las situaciones, problemas, lugares o personas, podemos participar en la vida oculta de Jesús en la Eucaristía, confiando y abandonándonos a Su Voluntad.

           ii.     En la sección 4-D del Camino, Participación en los gemidos del Sagrado Corazón, Jesús nos invita a entrar en la intimidad de Sus gemidos.

2.    Escucha Mis gemidos, #77, Diario de una MOC (p.225)

¿Puedes escuchar Mis gemidos que surgen de lo más profundo de Mi Corazón Crucificado? Los gemidos de Mi agonía de amor. Escucha Mis gemidos de amor

a.    Esta pregunta es una invitación del Señor para llevarnos más profundamente a Su Sagrado Corazón. Jesús nos pide que escuchemos sus gemidos. ¿Qué son esos gemidos? ¿Cómo podemos escucharlos? ¿Son audibles?

3.    Mt 13,13 “Miran, pero no ven y oyen, pero no escuchan ni comprenden”.

a.    Entrar en los gemidos de nuestro Señor es un proceso. En primer lugar, el Señor nos enseñó en el Camino a unir nuestras heridas a las suyas, nuestro dolor al suyo, nuestras lágrimas a las suyas... sufrirlo TODO con Él, siendo uno en Su sacrificio de amor. Este SIMPLE proceso nos lleva a conocer el dolor de nuestro Señor y a través de Su dolor conocer personalmente Su amor. Podemos comparar este proceso con la transformación de la oruga en mariposa. La oruga está limitada ver solo un pequeño espacio. No puede ver ni oír más allá. Así somos nosotros cuando vivimos encerrados en nuestras heridas. Dentro del pozo oscuro de nuestra herida, nuestra vista se nubla y nuestra audición es limitada. No podemos ver más allá del yo. Nuestro mundo está centrado en nosotros mismos. Sin embargo, cuando entramos en las heridas de Jesús es como la oruga que entra en el capullo. A través de Sus heridas nos sumergimos en el capullo de Su Sagrado Corazón, y así como la oruga no es consciente de la transformación que está ocurriendo en ella, tampoco nosotros podemos percibir plenamente la obra sutil del Espíritu transformando nuestras mentes, visión, oído y corazón.

b.    Este proceso de sufrimiento con Cristo poco a poco empieza a transformar todo nuestro ser. Comenzamos a oír y ver nuestro propio corazón con los ojos de Dios, a través del don del autoconocimiento. Comenzamos a percibir nuestros propios gemidos mientras esperamos, como la oruga, con PACIENCIA, CONFIANZA y ESPERANZA, nuestra redención —nuestra transformación en Amor. Vemos nuestra debilidad, heridas, pecados, miseria... Son los gemidos de nuestras almas que desean ser santas –redimidas a imagen y semejanza de Dios, participando en la gloria de Dios aquí en la tierra —ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mí. Sin embargo, todos los días nos enfrentamos con nuestro orgullo, vanidad y falta de confianza en Dios que nos ha amado hasta el extremo de la Cruz.

Estos gemidos interiores que expresan nuestro deseo más profundo de conocer a Dios y conocernos a nosotros mismos son una gracia del amor infinito de Dios por nosotros.

4.    Romanos 8,18-23: Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza. Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no solo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo.

a.    Al unir nuestros gemidos con los gemidos del Espíritu Santo, una poderosa oración surge de nuestros corazones. El Espíritu gime como uno con el Padre y el Hijo. Él, como nuestro Abogado, nos ayuda a interceder por nosotros con los gemidos de Dios. 

5.    Romanos 8,26-27 “El mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables”. 

a.    ¿Cómo nos ayuda el gemido del Espíritu en nuestro proceso de transformación?

          i.         Nos da el DON del autoconocimiento trayendo a la luz de nuestra conciencia nuestro pecado.

b.    Del libro, El Espíritu Santo Fuego del Amor Divino, P. Wilfred Stinissen:

          i.         P.39"El camino que el Espíritu escoge cuando quiere conducirnos a la verdad es a través del pecado. Él nos hace conscientes de nuestro pecado. "Y cuando venga, convencerá al mundo del pecado, de la justicia y del juicio; del pecado, porque no creen en mí..." (Jn 16, 8-9).

         ii.         p.40 "Cuando el Espíritu nos muestra nuestro pecado es una obra de misericordia. La definición de Jesús de pecado es: no creer en Él. Es algo completamente diferente de lo que solemos llamar "pecado". Confesamos cosas que hemos hecho mal... pero generalmente no pensamos en el pecado básico, que es no confiar en Jesús".

6.    Ejemplo: Éxodo 16, 2-3: "En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón” (porque no tenían que comer). Los israelitas les decían: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta hartarnos! Vosotros nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea»”.

a.    Vemos su pecado de quejarse, pero la raíz de su queja es su falta de confianza en Dios. En esa difícil situación en el desierto, que Dios permitía, se olvidaron de todas las veces en que Dios cuidó de ellos. No confiaron en que Dios continuaría proveyendo.

b.    Nosotros nos comportamos de la misma manera que la comunidad israelita. Cuando vienen las pruebas, también olvidamos las muchas maneras en que Dios ha estado con nosotros cuidándonos, y también nos quejamos, porque tampoco nosotros no confiamos plenamente en el amor de Dios por nosotros en CADA situación. 

c.     Reconocer esta condición de nuestra humanidad caída conduce al gemido de nuestros corazones. Este gemido es agradable a Dios porque revela nuestro arrepentimiento y nuestro deseo de amar a Dios. Este profundo gemido interior por el conocimiento de nuestro pecado es un don del Espíritu que finalmente nos lleva a convertirnos en Amor.

d.    Mt 13,15  Se ha embotado el corazón de este pueblo,han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane.

e.    Pero la historia del Éxodo también revela la inmensidad de la misericordia de Dios. Él espera y gime por nosotros. Dios pidió a Moisés que le diga al pueblo: "Acercaos a Yahveh, pues él ha oído vuestras murmuraciones."(Ex16,9)

f.     ¡ABBA tiene compasión aun cuando nos quejamos!

7.    ¿Puedes oír mis gemidos que surgen de la profundidad de Mi corazón crucificado?

a.    Marcos 8, 12  Jesús se lamentó por los corazones duros, "Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser”.

b.    Sus gemidos expresan el deseo más profundo del Corazón de Dios por la transformación de cada uno de nosotros en Amor. Sus gemidos expresan el amor apasionado de Dios por nosotros, un amor tan infinito que nunca puede ser expresado en palabras sino solo con lágrimas; gemidos que derraman compasión y misericordia sobre cada alma; gemidos que expresan el martirio del Corazón de Cristo. Los gemidos son la profundidad de los sufrimientos más ocultos de Jesús en la Eucaristía.

c.     Mt 13,16-17 "¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron." 

8.    Jesús anhela que cada uno de nosotros escuche Sus gemidos de amor, pero eso no es suficiente para saciar la sed de nuestro Señor. Él desea que entremos en la intimidad de participar en Sus gemidos, bebiendo de Su cáliz:

a.    Tabernáculo vivo de Dios, #78, Diario de una MDC. P226

 Ser UNO conmigo significa que te conviertes en el tabernáculo vivo de Dios. Mi Corazón, palpitante y amoroso, vive en ti siendo uno contigo. Sientes Mis dolores y participas de Mis gemidos para que se realice la transformación de la humanidad en AMOR. El martirio del corazón humano es la unión íntima de amor en Mi Sagrado Corazón. Vives los dolores del Corazón que es amor, en la medida que Me permitescompartir Mi cáliz contigo. Por lo general es solo un sorbo de una gota hasta que tu ser adquiere el gusto a Mi Sangre y pierde su amargura en la dulzura divina de Mi amor. Hija Mia, Mi corazón se desborda con las penas del rechazo. Comparte Mi rechazo al igual que compartes Mis palabras y no te avergüenzas (de ellas) (15/10/12).

9.    Hemos sido escogidos, llamados por Dios para entrar en la vida oculta de Cristo. Esta vida oculta está en la profundidad de Su Sagrado Corazón, es la continuación de Su agonía por las almas. El sufrimiento profundo del Corazón de Dios no puede expresarse con palabras, sino sólo en gemidos. Así como el Señor nos enseñó que podemos entrar en Sus heridas a través de nuestras heridas, podemos entrar en Sus gemidos a través de nuestros gemidos. Las vidas destrozadas y quebrantadas de aquellos que amamos más causan en nuestros corazones un dolor tan profundo que nosotros tampoco podemos expresarlo en palabras sino sólo en gemidos. Es en estos momentos de nuestras vidas que Dios permite que el Espíritu Santo venga a atraernos a los gemidos de Cristo. Es entonces cuando podemos percibir los gemidos del Amor y se nos da la oportunidad de participar en Sus gemidos para la transformación de la humanidad en Amor. Esto DEBE convertirse en el trabajo de los MC y MDC. ¡Esta obra de participar en el sufrimiento de amor de Dios es la obra que produce el ciento por uno, porque es obra del Amor Divino! (Cf. Mt 13,9)

a.    Testimonio:

          i.     Hoy, ante el Santísimo Sacramento, sentí que no tenía más que gemidos dentro de mí. Esta semana me estaba afectando el sentir que aquellos a quien amo viven en un ensimismamiento permanente. ¿Piensan en algo más que en cosas mundanas? Tuve que rogar al Señor que me perdonara por haberle presentado esto. Sentía que estaba desperdiciando Su valioso tiempo, nuestro valioso tiempo, con estas cosas. Pero no solo lo había traído en mi corazón, sino que recibí una avalancha de textos que parecían confirmar mi sentir. 

     Abrí el Camino en el # 78, Tabernáculo Vivo de Dios. "Mi Corazón, palpitante y amoroso, vive en ti siendo uno contigo. Sientes Mis dolores y participas de Mis gemidos para que se realice la transformación de la humanidad en AMOR".

     Así que pensé, ¿por esa razón estoy sintiendo este desánimo, tristeza, y mi corazón gime? ¿Es este Señor, tu cáliz que compartes conmigo? El Camino también dice: “Vives los dolores del Corazón que es amor, en la medida que Me permites compartir Mi cáliz contigo. Por lo general es solo un sorbo de una gota hasta que tu ser adquiere el gusto a Mi Sangre y pierde su amargura en la dulzura divina de Mi amor” (p 226).

     Tal vez esta sea la obra del Señor. Me parece que son mis propios gemidos, pero es un compartir en los gemidos del corazón de mi Amado Y un medio para transformar sus corazones en Amor. ¿Cómo perdí de vista esto? A veces porque estamos tan cerca de nuestras familias y conocemos tan bien sus corazones, que no vemos a Jesús en nuestros tratos cotidianos. Esto es una gran ceguera. Me di cuenta de que estaba en peligro de ser víctima, pero en la forma que no debo serlo. Cuán fácilmente puedo olvidar todo lo que hemos aprendido si no estoy atenta a mi propio corazón en cada momento. No es que yo no llevara esto al Señor, sino que tenía más tristeza oculta por mí misma que por Él. Yo estaba buscando al Señor, pero mi énfasis estaba demasiado en mí.

10."Mi hija, Mi Corazón desborda con las tristezas del rechazo. Comparte Mi rechazo cuando compartes Mis palabras y no te avergüenzas".

a)    ¡Rechazo! Esta es otra vez la razón de los gemidos dentro de mí por los que amo. Si tuviera que poner un nombre a lo que me está angustiando tanto esta semana, sería eso. Cómo están constantemente haciendo planes, y sin embargo no tienen lugar para Dios. Sin embargo, al conocer la condición de sus corazones, me permití perder de vista la necesaria mirada dentro del Corazón de Jesús.

b)   (Aquí, si no tenemos cuidado, caeremos en la crítica y el juicio, debemos orar por la gracia de ver a las almas a través de los gemidos de Jesús, si hemos llegado a oír los gemidos del amor de Dios por nosotros, entonces podemos ver a otros a través de los gemidos de Dios, y esto nos permite ver y oír con los ojos de Dios y Su entendimiento, que SIEMPRE nos mueve a la compasión y al amor).

c)    Esto es lo que me trae alegría en medio de estas batallas: Que el Señor me revela lo que está sucediendo, que Él toma el tiempo simplemente porque estoy buscando aclarar lo que está sucediendo. A menos que quite mis ojos del mundo y lo contemple a Él, me quedaré frustrada con lo que veo. ¿Por qué? Porque estamos viendo como la oruga, a través de nuestros lentes rotos y en nuestra muy limitada humanidad.

d)   Debemos pedir la gracia de VER A TODAS LAS ALMAS, especialmente aquellas que nos son más repulsivas, a través de los gemidos del Sagrado Corazón. La única manera de vivir la compasión y misericordia de Dios para cada alma es mirar a todos a través de los gemidos del Corazón de Dios. Sus gemidos ven nuestra miseria, heridas, debilidad y Él nos ama desde lo más hondo de Sus gemidos. Los gemidos del Sagrado Corazón no son de crítica ni de juicio. 

i) Cuando vemos los desórdenes, el quebrando, el pecado de los demás o aquellos que nos parecen repulsivos ¿Entramos en los gemidos de Dios o criticamos, juzgamos en voz alta o en nuestros corazones?

e)    "Es importante permanecer en la presencia del Señor para que él pueda encontrarnos disponibles e introducirnos en el gran silencio interior que le permite encarnarse en nosotros, transformarnos en El mismo. Y en este silencio, que no es un vacío, sino que está lleno del Espíritu Santo, el alma podrá oír surgir de su corazón, como un murmullo: "¡ABBA! ¡Padre!"(Rom 8:15). La oración es lograr estar callados, escuchando a Dios y siendo capaces de escuchar el gemido inefable del Espíritu Santo que mora en nosotros y clama en silencio." El Poder del Silencio, Robert Cardinal Sarah.

11.Hemos sido llamados por Dios a convertirnos en "Hostias Vivas" –siendo uno en los sufrimientos de la vida eucarística de Jesús. Cada Madre y Misionero de la Cruz ha dado su "Fiat", por lo tanto, voluntariamente, por amor a Cristo, decidimos participar en Su vida oculta de sufrimiento con las almas y por almas.

a)    Esto requiere una cosa: CONFIANZA —una confianza basada en CREER en el amor de Dios por mí, que Él está caminando conmigo por el desierto de mi vida - proveyéndome, guiándome, bendiciéndome y protegiéndome. Una confianza que más y más me mueve a ABANDONARME COMPLETAMENTE. Una confianza que puede vivir las difíciles tormentas de la vida RECORDANDO la providencia de Dios para mí en el pasado, y viviendo la difícil situación actual con esperanza y amor, sabiendo que Dios está conmigo y todo lo hace para glorificarme en Él.

b)    "Jesús les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene»" Mt 13, 11-12.